sábado, 29 de junio de 2013

El Decisor




Todas las organizaciones, al estar compuestas por seres humanos son por naturaleza complejas, donde surgen diversas situaciones y problemas que requieren solución por parte de una o varias personas, los cuales son denominados decisores, quienes tienen la tarea de tomar las decisiones que sean necesarias en busca de la mejor alternativa para solventar el problema.

En tal sentido, la Toma de decisiones contiene una serie de elementos juzgados desde el punto de vista personal como:


  • Incertidumbre: producida por la falta de capacidad del decisor para identificar con mayor precisión las consecuencias de la decisión que tome, como consecuencia de la poca información acerca del problema en cuestión.
  • Riesgo: elemento netamente subjetivo pues depende de la percepción que tenga el individuo sobre el problema.
  • Relevancia de las consecuencias.

Todos estos están estrechamente vinculados con el decisor y se ven influenciados por él.

El proceso de Toma de Decisiones consiste en:





La toma de decisión del Decisor está influenciada por sus modelos mentales, referencias, expectativas, motivaciones, necesidades, intereses, experiencias, entre otros factores que determinan la forma como éste visualice el problema desde su percepción.

Por ello, para que el decisor pueda ejercer su función desde un punto de vista imparcial es condición sine qua non poseer la mayor cantidad de información posible, proveniente de distintas fuentes, que le permitan discernir y así identificar el problema, plantear sus posibles soluciones, aplicar dicha solución y realizar seguimiento constante a los resultados que ésta arrojó.

En torno a ello, para tomar decisiones, el decisor decisores llevan a cabo una serie de pasos como: selección y recolección de datos sobre el problema y sus posibles soluciones; archivar dicha información para utilizarla cuando sea necesario; razonar los datos compilados y juzgar su importancia en relación con el problema tratado.










Tipos de decisiones



Diversos especialistas en cuanto a la toma de decisiones dividen estas últimas en decisiones “estructuradas” y  “no estructuradas”.

  •   Las Decisiones Estructuradas (Programadas) son las que se toman para solucionar problemas rutinarios o sistemáticos. Se instituyen a través de la elaboración de políticas, procedimientos, sistemas de trabajo, definición de la autoridad para aprobar documentos, excepciones, entre otros. En estos casos es preferible determinar las situaciones repetitivas para establecer los mecanismos sobre cómo resolver esos problemas de forma inmediata.

  •    Las Decisiones No Estructuradas son las que se toman para solucionar problemas poco frecuentes que ameritan soluciones únicas. Estas situaciones requieren soluciones que no están dentro de las políticas de la organización. Para tomar este tipo de decisiones se utilizan procesos como: el análisis de problemas, grupos de expertos, contratación de estudios especiales, entre otros. 

jueves, 27 de junio de 2013

Problemas en la toma de decisiones


Rubin (1986) identificó algunos factores que entorpecen las decisiones inteligentes:

  •   No estar en contacto con nuestros sentimientos.
  •   Auto-Duda
  •   Exagerar el punto de vista de uno.
  •   Ser dependiente.
  •   Pensamiento Mágico
  •   Evadir la toma de decisiones.
  •   Tomar decisiones apresuradas.
  •   Postergar la toma de decisiones

Por tanto, es importante tener en cuenta que al momento de tomar alguna decisión es imprescindible no involucrarse a escala personal en la situación presentada y procurar ser lo más imparcial posible, en aras de buscar una solución ventajosa para todos los miembros de la organización.

En ese sentido, Miguel Ángel Ariño y Palblo Maella exponen una pequeña guía práctica sobre cómo tomar decisiones correctas:




La indecisión en la dirección



En la vida cotidiana, desde la infancia los seres humanos aprenden a tomar  decisiones simples o complejas, como plantea el siguiente video:



Por su parte, la toma de decisiones en la dirección de una organización es importante en vista de que impulsa el dinamismo interno y externo de ésta; por tanto, si existe postergación negativa o indecisión los procesos que se realizan en la institución se verán afectados, disminuyendo la eficacia, eficiencia y productividad.

La “postergación negativa” se refiere a la “parálisis por análisis”, que se origina cuando se estudia tanto un problema que la toma de decisiones se deja en un segundo plano. Sin embargo, existe una postergación a corto plazo que puede ser ventajosa en la solución de un problema, en vista de que permite analizarlo con mayor exactitud pero sin perder el objetivo principal: resolver la situación.

Los diversos factores que propician la indecisión, según los expertos, son:

  •    Indeterminación. Precisión de los objetivos (resultados) esperados, las estrategias y medios para alcanzarlos, los recursos disponibles, entre otros.

  •  Insuficiente información. Sobre los antecedentes del problema, experiencias anteriores y, principalmente, sobre la situación futura del entorno y resultados esperados.

  •    Inoportunidad. Considerar que el momento y las circunstancias no son las mejores para adoptar una decisión.

  •   Sensación de precipitación o improvisación. Falta de seguridad, percepción de que el problema no está suficientemente “maduro” para atacarlo.

  •   Desorganización. Imprecisión de roles en una estructura, dispersión de documentación relevante, ausencia de políticas y procedimientos